martes, 13 de octubre de 2009

Usted no esta solo... parte 2

viene de la parte 1

No todos los padres atraviesan por estas etapas pero es importante que el padre aprenda a identificarse con estos sentimientos perturbadores que pueden surgir y que también sepa que no está solo.
Hay numerosas medidas que pueden tomarse de inmediato, y existen diversas fuentes de ayuda.
Busque la ayuda de otro padre.
En mi caso, hubo un padre que me ayudó. A las 22 horas del diagnóstico de mi hija, él me dijo algo que nunca he olvidado: Puede que no te des cuenta hoy pero llegará el día en tu vida que comprenderás que tener una hija con una discapacidad es una bendición. Recuerdo haberme sentido intrigada con estas palabras, que sin embargo se tornaron en un regalo invalorable y me ofrecieron el primer rayo de esperanza...Este señor, padre de un niño con retardo mental, me aseguró que habrían programas de ayuda y que habría progreso.
Mi primera recomendación es que el padre intente ubicar otro padre de un niño discapacitado. En muchas partes del mundo existen programas de apoyo a nivel de padres. Busque ese apoyo.

Converse con su pareja.
A lo largo de los años, he descubierto que muchos padres no se comunican sus sentimientos sobre el problema de su hijo. A medida que la pareja logre comunicarse mejor durante esta época, mayor será su fortaleza combinada.
Si hay otros hijos, aprenda a hablar con ellos también. Permanezca atento a sus necesidades.
Si no se siente capaz emocionalmente de hablar con sus hijos o cuidando de sus necesidades emocionales durante esta época, ubique otros dentro de la estructura familiar que puedan establecer un vínculo de comunicación especial con ellos. Comparta con otras personas significativas en su vida - su mejor amigo, sus propios padres. Para muchas personas, surge la tentación de cerrarse emocionalmente en este momento. Pero puede resultar beneficioso contar con amigos y parientes confiables quienes puedan compartir la carga emocional.

Confíe en otros recursos positivos en su vida.
Su consejero espiritual puede tornarse igualmente en una posible fuente de fortaleza y apoyo, al igual que lo podría ser un buen amigo o un consejero. Acuda a esas personas que le han servido anteriormente de apoyo y busque otros posibles recursos.
Un muy buen consejero en una oportunidad me dio una receta para ayudarme a atravesar una crisis: Cada mañana, al levantarte, reconoce tu impotencia sobre la situación actual y "pásale" el problema a Dios, sea cual sea la percepción que tengas de Él, y comienza tu día.
Cuando sus sentimientos sean dolorosos, debe Ud. intentar extender la mano y buscar en quien confiar. Utilice el teléfono o escriba o móntese en su carro y acuda a una persona con quien conversar y compartir ese dolor. El dolor compartido no es tan duro de llevar como el dolor en aislamiento. Algunas veces puede ser indicado acudir a un consejero profesional; si opina que esto podría ayudarle, no titubee en buscar esa vía de ayuda.

Tome las cosas día a día.
Los temores sobre el futuro pueden resultar incapacitantes. Vivir con la realidad de este día se hace más llevadero si descartamos esos qué será si... y entonces qué haré... sobre el futuro. A lo largo del día, pequeñas cosas buenas continúan sucediendo. Tómese un tiempo para "apreciar el aroma de las rosas."

continua...

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